Hablamos con Begoña González Martín, abogada, mediadora y docente de la Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), formada en l’École des Parents et des éducateurs Île-de-France, en París.
Entre la oferta de cursos de mediación en Europa, algunos programas se realizan a distancia y online, ¿es posible tener una formación de calidad no presencial? ¿Por qué?
Creo que no es posible esa formación de calidad si el curso no es presencial. Un curso presencial o, al menos, el que ofrecemos en UNAF es muy variado y dinámico. El alumnado lleva a cabo en cada módulo simulaciones frecuentes de casos reales, participa en debates sobre los temas objeto de enseñanza y realiza trabajos por equipos. Estas prácticas sólo pueden efectuarse en una formación presencial.
El curso de UNAF está previsto para un máximo de 15 personas cada año, ¿cuáles son las razones para formar grupos reducidos?
La razón es que la atención es muy personalizada y las dinámicas que se llevan a cabo en los módulos son imposibles de realizar en grupos más amplios. Para UNAF la participación activa y la orientación de cada alumno o alumna es fundamental.
La procedencia académica de los y las profesionales de mediación suele ser Derecho, Trabajo Social, Magisterio, Pedagogía y Psicología. ¿Qué consejos darías a una persona que tiene esta trayectoria académica y está interesada en formarse en mediación familiar?
Que elija un curso de formación específica en el que se ofrezcan conocimientos de las diferentes disciplinas que el mediador o la mediadora necesitan para su ejercicio profesional, complementando los que ya posee de su propia disciplina. Además le aconsejaría un curso donde los grupos de estudiantes sean reducidos y donde la enseñanza teórica se alterne con la práctica. Una formación que, en su etapa final, también ofrezca participar en prácticas reales.
¿Todo el mundo puede dedicarse al ejercicio de la mediación familiar si recibe una formación adecuada?
En UNAF creemos que no. La formación teórica es imprescindible, pero también la persona mediadora debe disponer de unas determinadas características personales como la empatía, la capacidad de escucha, el control de las propias emociones, la calma, la paciencia y la tenacidad.
¿Cuáles serían los cuatro puntos cardinales que debe manejar una persona profesional en los procesos de mediación familiar?
NORTE: La herramienta de las emociones: escucha de forma activa y desarrolla la empatía.
SUR: La herramienta de la palabra: sé precisa con las palabras que usas, asegúrate de que te han entendido.
ESTE: La herramienta del cuerpo: utiliza y atiende a la comunicación no verbal para conocer a los otros y las otras.
OESTE: La herramienta de la neutralidad y la imparcialidad: facilita los procesos de toma de decisiones de las partes mediadas, pero no decidas por ellas.